Un mundo limpio, verde, fértil y con un futuro próspero. ¿Os lo imagináis? Es la visión que todos soñamos, porque todos queremos dejar un mundo mejor a nuestro paso, y que garantice la existencia y la calidad de vida en nuestro planeta. En lugar de eso, ¿qué tenemos? Unos preocupantes niveles de contaminación, una alarmante previsión de la demanda eléctrica mundial y unos recursos finitos que pronto no serán suficientes. ¿Son las energías renovables la salvación? La lógica, las matemáticas y parece que el propio planeta nos dice que sí, pero desde Arcess queremos hablar de las ventajas de las energías renovables, y explicar por qué hablamos de algo imprescindible.
Las energías renovables son aquellas fuentes de energía limpias, inagotables y competitivas, que se diferencian principalmente de los combustibles fósiles en que no producen gases de efecto invernadero, ni emisiones que contaminen la atmósfera. Al mismo tiempo, sus costes van poco a poco evolucionando, y a la baja, contrastando con los recursos tradicionales.
Según previsiones de la AIE (Agencia Internacional de Energía), hoy en día, alrededor del 30% del suministro eléctrico global está sustentado por las energías renovables, pero en los próximos 15 años, esta cifra subirá hasta el 45%. Al mismo tiempo, se calcula que en este periodo, la previsión de electricidad necesaria será un 70% mayor, algo inasumible si no contamos con una alternativa, la alternativa sostenible.
A esto debemos unir que cerca de 900 millones de personas, todavía a día de hoy, carecen de electricidad, lo que requiere de un ejercicio de despliegue de energías que permitan un acceso universal. Para ello, se le pide a los países que redoblen sus esfuerzos, humanos y económicos, para garantizar que en 2030, la apuesta sea claramente verde.
Entre las principales energías renovables encontramos todas estas, algunas de ellas ya muy extendidas, algunas todavía con camino por recorrer.
Además de todas estas, existen otras menos extendidas como el bioetanol, la energía undimotriz, o mareomotriz.
En primer lugar, son nuestra principal arma contra el cambio climático. No hay gases de efecto invernadero, ni procesos contaminantes, lo que las convierte en la solución perfecta para evitar la degradación de nuestro entorno.
Por otro lado, son inagotables. Carbón, petróleo, gas… Todas ellas, aunque nos proporcionen la energía que estamos usando a día de hoy, son finitas, limitadas. Esto, además, hace que no dependan económicamente de su posible o no encarecimiento, ya que son energías infinitas, que se adaptan a los ciclos naturales.
Hacen que la dependencia energética sea menor. Actualmente, Rusia es el el principal suministrador de gas a buena parte del mundo, lo que hace que muchas naciones dependan de acuerdos con este país. Las energías renovables, como autóctonas que son, permiten a cada economía disponer de ellas, y no quedar supeditados a una situación que comprometa cualquier acuerdo económico.
Por último, cada vez son más competitivas. Cuando antes alguien hablaba de instalar paneles solares en su vivienda, el coste era imposible de asumir para la mayoría. Hoy en día, sin embargo, estos costes han ido bajando de forma drástica, hasta llegar a unos niveles que muchos de nosotros podemos realizar, obteniendo una energía limpia, barata y que permita el autoconsumo.
Estas son las principales ventajas de las energías renovables. Como habéis podido leer, sí, son la opción del futuro, o al menos la mejor opción si queremos salvaguardarlo.