Actualmente, como muchos de vosotros sabréis, el precio de la luz y del gas están en unos niveles completamente prohibitivos, haciendo que nuestra capacidad adquisitiva y de ahorro se vean constantemente mermadas, por culpa de unos precios que no dejan de subir. Esta situación ha alcanzado su pico con el conflicto en Ucrania, pero venía de un poco antes, y es que en 2021 ya pasamos de los 30€/MWh a los 100€/MWh. Este fue el inicio de la crisis energética que tenemos en la actualidad. Después, el conflicto que todos conocemos ha hecho que esa subida de precios se agudice hasta límites insospechados, ya que la contienda ha influido en el suministro de gas en Europa, y lo ha mermado de forma muy notoria, ya que afecta directamente sobre los principales gasoductos de la Unión Europea.
Algunos os estaréis preguntando qué tiene que ver el conflicto de Ucrania y Rusia con nuestro precio de la luz, si nosotros no recibimos el gas de esos gasoductos, sino que lo hacemos desde el sur, y procede de Argelia. También nos llega en forma de gas natural licuado a través de países como Nigeria o Estados Unidos, aunque en menores cantidades. ¿En qué afecta esto al precio de la luz? En que el precio del gas y de la luz son directamente proporcionales. En nuestro país debemos quemar este recurso para así producir electricidad, ya que con el resto de fuentes energéticas no podemos satisfacer por completo la demanda energética.
Si a esto le unimos que los mercados eléctricos europeos están conectados entre sí, podemos ver la relación. Por un lado, el conflicto en Ucrania afecta a Europa, y por extensión a nosotros; por el otro, al no contar con otra fuente de recursos que pueda satisfacer la demanda energética, dependemos del gas que podemos adquirir. De esa suma de factores obtenemos el precio de la luz actual en nuestro país.
Hablamos de una medida que fue aprobada a principios de verano y que trata de limitar el precio del gas, de modo que se limiten los efectos de los altos costes en el mercado eléctrico. El mecanismo emplea una fórmula matemática que sirve para limitar el precio del gas que se ha consumido. Este tope establece un precio de referencia del gas de 40 €/MWh durante medio año desde la entrada en vigor del mecanismo, y se incrementa en 5 €/MWh al mes a partir de entonces, terminando en 70 €/MWh, para que haya una progresiva aproximación a la normalidad.
Desde nuestro punto de vista, no. Se trata de un parche en una situación de necesidad, que solo servirá para aplazar el problema, o al menos mitigarlo. La verdadera solución al problema del precio de la luz pasa por acelerar la transición energética, y que los consumidores puedan generar su propia energía. En este punto cobra relevancia la importancia de seguir impulsando la integración del autoconsumo, a través de las placas solares fotovoltaicas, tanto en las viviendas como en el ámbito empresarial.
Actualmente, nuestro país está inmerso en un plan para ahorrar y gestionar el consumo de energía de diversos sectores de la sociedad con el objetivo de reducirlo rápidamente en edificios, industrias, empresas y PYMES. En este punto, el autoconsumo es uno de los más beneficiados, ya que las placas solares son la mejor alternativa para reducir la dependencia del gas.
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